Tan cerca, tan lejos

Imaginad que tenéis un sueño por el que lleváis luchando un montón de tiempo. Imaginad ahora que acariciáis el ansiado sueño con la punta de los dedos y decidís sufrida, pero voluntariamente, renunciar a él.

Pues eso es exactamente lo que le ocurrió a Tamara Lunger, una joven alpinista italiana de 29 años que protagoniza nuestra historia con historia de esta semana.

Tamara era la única chica de una expedición conformada por cuatro miembros. Todos ellos tenían como gran objetivo conseguir lo que nadie había podido lograr: alcanzar la cima del Nanga Parbat en invierno.

El Nanga Parbat es uno de los picos ochomiles del mundo ubicado en Pakistán. Es conocida como la montaña asesina por la cantidad de alpinistas que se han dejado la vida intentando escalarla. De hecho, antes de la expedición de Tamara, se había intentado subir dicha montaña en invierno durante 29 ocasiones y todas ellas habían fracasado.

Tamara soñaba con ser la primera mujer del mundo en conseguir subir el Nanga Parbat en invierno. Soñaba con dejar su nombre para la inmortalidad del alpinismo. Soñaba con contratos publicitarios. Le acompañan en su misión otros tres experimentado alpinistas: Simone Moro; Ali Sapdara y Alex Txikon.

Todo iba fenomenal para la expedición puesto que habían conseguido llegar al campamento de altura que está por encima de los 8.000 metros. Ya nada parecía poder frenar el sueño de Tamara. Sin embargo, el día previsto para alcanzar la cima de la referida montaña Tamara empezó a encontrarse fatal, sin fuerzas, deshidratada y aguantando una temperatura de 50 grados bajo cero. Extenuada pero muy ilusionada divisaba la cima a sólo 100 metros de distancia.

Fue entonces cuando Tamara tomó la decisión más generosa e inteligente de su vida. Avisó a sus compañeros y les dijo que ella se daba media vuelta y que les esperaba en el campo base.  Aquello no pudo sino sorprender a sus compañeros, nadie renuncia a 100 metros de la cima.

Sin embargo, la decisión de Tamara se demostró providencial para su propia vida y la de los tres alpinistas que la acompañaban. Tamara, con todo el dolor de su corazón, decidió dar media vuelta porque si continuaba hasta la cima hubiera tenido que bajar ayudada por sus compañeros que también estaban extenuados. Si se hubiera producido esa situación de rescate entre alpinistas, viendo el clima que finalmente hizo, hubiera supuesto, casi con seguridad, poner en peligro la vida de los 4 montañeros con un probable fatal desenlace.

Sin embargo ,Tamara tuvo la inteligencia y humildad de renunciar ,y su noble gesto posiblemente haya salvado 4 vidas, así al menos se lo reconocen sus tres compañeros.

A veces para ser un héroe hay que ser de todo menos valiente.

Nota: Agradecer al Oruga habernos puesto en conocimiento de la historia de esta generosa montañera.

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